Siempre te gustó jugar
con la más guapa,
montarte en la atracción
de los valientes,
apostar al número trece.
Siempre te gustó retarte
sin espada,
proclamar tu república
a los reyes del baile,
batirte a duelo
dejando por herencia
una herida profunda.
Para ti ,
en el amor,
la sangre era derramada
en acto de servicio,
cada lesión era un recuerdo
sin remordimientos.
La memoria de las cicatrices
ardía en tu cuerpo,
cada madrugada,
cuando intentabas olvidar
con una copa de más
en la garganta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario