Harto de ver a la inocencia desnuda entre las calles,
sin dientes y mordiendo solo la parte más dura de la vida
Harto de ver como las gaviotas acaban con el cielo a bocados
Harto de ver mis ojos prendiendo en juegos malabares
Harto de bailar en el silencio de mis pies
Harto de escribir lo que pienso entre trago y trago
Harto de pensar lo que escribo entre frase y frase
Harto de confesar pecados carnales al cajero del banco
Harto de sintonizar el techo cuando llego a casa borracho
Harto de volar por los aires sin alas ni cielo
Harto de tanta filatelia para pasar el rato
Harto de echarme la siesta viendo Pretty Woman
Harto de dietas a base de arroz con de todo
Harto de llegar a tiempo a mi cumpleaños
Harto de amanecer masticando resacas
Harto de respirar de cualquier modo
Harto de buscar una luz al fondo del pasillo
Harto de apostar al rojo mis latidos
Harto de gritar desnudo desde la luna
Harto de escuchar el clamor de las cadenas
Harto de intentar caminar erguido
Harto de seguir escribiendo este poema
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